Una de las cosas que más ilusión nos puede hacer a las personas que "trasteamos" haciendo prototipos o "toqueteando" juegos de mesa es ver plasmado nuestro nombre en una caja de un juego dentro del circuito comercial. Nada de ediciones 'print & play' colgadas en yo qué sé qué web o prototipos espartanos en los que los buenos de tus amigos tienen que hacer un esfuerzo superlativo para imaginarse jugando con algo más acabado (con todo el respeto por los prototipos espartanos -tan necesarios en la iteración del testeo-).



Y es que ir o estar en una tienda y ver tu nombre en un producto... emociona, y mucho. Estamos hablando de que en este caso mi aportación es sobre una parte de un todo, lo sé, pero aún así es algo genial. Supongo que habrá alguien que por primera vez firmó un prólogo de un libro y se sintió igual que yo estos días. Además del reconocimiento he tenido una pequeña contraprestación por parte de la editorial, y estaré eternamente agradecido a Mercurio por todo. Hoy se cierra este pequeño círculo que se abrió el 11 de mayo de 2021 con un modesto e-mail.